martes, abril 23, 2024

La insanidad de lo cotiidiano -Jannelys Malavé Rodríguez


 

Estas benditas y malditas TETAS -Lisette Alejandro


 

Las Madres -Esmeralda Santiago


 

1er Premio de novela en Español escrita en Estados Unidos


 

Perspectivas litrarias -entrevistas a escritoras puertorriqueñas


 

Dialecto Boricua -2do Congreso de escritoras Camuyanas


 

Patria en Migajas -Emmanuelle Soto Rios


 

De Tenerife a Mucarabones -René Campos


 

sábado, abril 20, 2024

Diálogos interdisciplinarios -Un encuentro de literatura, lengua y cultura


 

En las letras, desde Puerto Rico: María de los Ángeles Camacho Rivas

 por Carlos Esteban Cana


Una de las escritoras de las promociones más recientes que ha estado vinculada al colectivoGuajana ha sido la poeta y educadora María de los Ángeles Camacho Rivas. De una forma u otra, ‘Angie’, como se le conoce, ha estado respaldando la obra de quienes constituyeron la revista Guajana en los años sesenta. Lo más reciente, en esa dirección, es la antología “Por tanto amor”, un homenaje al poeta Vicente Rodríguez Nietzsche, fundador de Guajana y del Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico, que reúne a 37 escritores nacionales e internacionales. Y con esa antología María de los Ángeles participó en la Feria Anual del Libro (del Encuentro Internacional de Escritores) en Caguas, además de compartir su propia poesía y otros proyectos literarios en los que participan niños y jóvenes. En el evento, que se efectuó del 10 al 13 de abril, Camacho Rivas pudo encontrarse con otras colegas suyas como Lynette Mabel Pérez, Nancy Debs, Tina Casanova y Mara Daisy Cruz, entre otras. Y es natural que eso ocurra porque esta poeta que nació en el pueblo de

Patillas un 24 de junio de 1969 se ha caracterizado por sumar personalidades y voluntades en su gestión cultural a través de los años. Gestión que le ha permitido además darse a conocer a nivel internacional al participar en festivales de poesía en diferentes partes del Planeta. Por todo lo anterior y más hoy conversamos con María de los Ángeles Camacho Rivas en esta edición del boletín “En las letras, desde Puerto Rico” que reproduce el editor y narrador Angelo Negrón en su blog Confesiones.


Armonía entre mente, alma y espíritu: Angie Camacho Rivas a la hora de escribir

Carlos Esteban Cana: Aunque sea redundante la expresión a continuación, comencemos por el principio. ¿Cómo Angie Camacho Rivas – María de los Ángeles Rivas para nombrarte como se debe, de manera más formal – comenzó a acercarse a la poesía? ¿Cuáles fueron esos primeros libros que llegaron a tus manos que te encaminaron en esa dirección de ser poeta?

María de los Ángeles Camacho Rivas: “La poesía siempre me ha rondado. El entornodonde crecí, en el barrio Mamey de Patillas, era un poema por donde transitaba hacia una naturaleza que marcó mi estilo de vida. Creo que fue en segundo grado cuando me enamoré de la historia de Catilangua Lantemué. La leí en el libro de cuentos infantiles Ésta era una vez bajo las palmeras. Hace como un año releí el cuento y me maravillé de cuánta poesía tiene. En octavo grado, la Sra. Rita Castro nos leyó la Rima XV de Bécquer, esa que comienza: Cendal flotante de leve bruma… Honestamente no entendí ese poema en ese momento, pero su cadencia, el ritmo, la armonía, su belleza me atraparon. Ese encuentro con la poesía me animó a ahorrar para comprar una enciclopedia de clásicos de la literatura-aún la conservo- que se podía adquirir por tomos que llegaban mensualmente a un pequeña farmacia al lado de la Escuela Intermedia Urbana en Patillas”.

 Carlos Esteban: Y andado ese primer tramo del camino, continuemos con esa parada inevitable que es Días de bromelias, tu primer libro publicado en el 2011. ¿Cómo nació ese libro? ¿Cómo se dio el proceso creativo a la hora de seleccionar qué decides incluir y que no en el poemario?

María de los Ángeles: “Aunque fue mi primera publicación, Días de bromelias no es mi primer libro. Antes escribí dos libros, primeramente Poesía remix que permanece inédito; el segundo Sin vestido ni lencería, fue premiado -segundo lugar- en el 3er Certamen de Poesía José Gautier Benítez (2008). Más adelante, parte de su contenido fue publicado por el Departamento de Cultura del Municipio de Caguas. Continué escribiendo durante tres años con el anhelo de publicar, pero me enfoqué más en estudiar autores que no conocía como Jaime Sabines quien influyó grandemente en la creación de esa etapa. También leía con admiración y sorpresa a Juana de Ibarbabourou. Me pasaba orando para que Dios me acomodara los días para terminar mi libro y sucedió. Desarrollé una rara condición en mis cuerdas vocales; perdí prácticamente la voz. Este percance de salud me obligó a permanecer en el hogar. Como docente mi herramienta principal de trabajo es la voz. Estuve alrededor de dos meses en mi casa y aproveché el tiempo para terminar el poemario Días de bromelias. ¨Sigilo¨ uno de los poemas de este libro nació durante mis meses de silencio”.

Carlos Esteban: Eres educadora, Angie, y conocemos la doble vía que te da un perfil propio, que te caracteriza, a la hora de ejercer como maestra: esa pasión por enseñar a los niños y a los más jóvenes mientras afirmas en ellos, en esas nuevas generaciones, el amor por el idioma español… Háblanos de eso…

María de los Ángeles: “Enseñar la literatura de nuestro idioma es un regalo. He sido bendecida al desarrollar un sinnúmero de proyectos en los que mis alumnos han demostrado sus talentos para la escritura. ¨Salmo de un esclavo¨ y ¨Décimas de nueve¨ son antologías estudiantiles que pude presentar junto a mis alumnos. Además de la satisfacción inmensa de esos proyectos es gratificante despertar en los jóvenes el apego por la poesía. Muchos de ellos no saben que pueden escribir”.

Carlos Esteban: En esa misma dirección, ¿cómo la docencia y ese vínculo suyo con el español ha permeado su obra?

 María de los Ángeles: “Para mí es un gran orgullo representar a la clase magisterial como poeta. Al ser educadora de la lengua española, la palabra se me sirve diariamente. Enseñar literatura en tu idioma te obliga a estar al tanto de lo nuevo y a regresar a los clásicos. El idioma español es muy colorido y sabroso. Su vocabulario es rico en sabores, matices, mestizaje. Estas características le imparten un carácter lúdico que te permite experimentar con la palabra y en ocasiones a reinventarla”.

 Carlos Esteban: Y a todo eso que impregna su poesía le sumamos una tercera vía: la vertiente religiosa que es más que evidente en su segundo libro publicado Con mi jirafa azul. Desde el inicio se revela con la dedicatoria: A Dios: el Gran Yo Soy. En tiempos como estos, en los que apenas se da en Puerto Rico, a mi entender, una relación simbiótica abierta entre verso y búsqueda espiritual ¿Por qué eso es importante para usted?

María de los Ángeles: “Todo lo que soy y he hecho no viene de mí. Dios ha puesto en mi corazón la poesía, el arte. Es mi deber despojarme de mí para darle a Él la gloria. Respeto a quien no comparte mi creencia, pero no creo posible escribir sin el verbo de Dios sobre la tinta del papel. Es una época de mucha tristeza, pérdidas e incertidumbre; solamente Dios es la esperanza para llenar de luz el camino. La inmoralidad nos aleja de Dios, pero nos acerca a la muerte espiritual y posiblemente física. Es importante consolar a los sufridos y compartir cuán diferente es la vida cuando, a pesar de tantas situaciones difíciles, Dios nos reconforta y nos prepara su mesa para que nos sentemos a cenar con Él”.

Carlos Esteban: Y ahora que hemos mencionado Con mi jirafa azul, ese poemario suyo publicado en el 2015… ¿Cómo se desarrolló en usted esa identificación con el mamífero más alto del planeta? La jirafa en el libro es un motivo continuo que transita por todas sus partes: Corazón de jirafa; Jirafa en celo; Jirafa en cautiverio; y Jirafa liberada... ¿Qué nos puede decir de ese ejercicio poético de utilizar la jirafa como metáfora central?

María de los Ángeles: “Ese título nació luego de ver un documental sobre esta increíble criatura. El comentarista explicó todos los desafíos ambientales y físicos a los que se enfrenta esta especie. Según él, la jirafa está destinada a la extinción porque ya ha hecho tantas modificaciones en su anatomía que, según él, ya no es posible que la jirafa pueda sobrevivir en un futuro. Me dio tanto coraje que tenía una almohada y se la tiré al televisor. Al menos la información que recopilé me dio una serie de datos muy valiosossobre la jirafa. El más que me impactó fue saber que el corazón de la jirafa puede pesar 11 kilos debido a que necesita poder llevar la sangre, por ese cuello tan largo hasta la cabeza. De ese dato surgió la metáfora, pensé en la capacidad de amar del ser humano y lo comparé con el gran corazón de este mamífero herbívoro africano, como nosotros. Es Azul porque está en el Mar Caribe y viene desde los cimientos del Azul de Darío”.

Carlos Esteban: La historia del bautizo de ese libro, como le llaman en Venezuela a la presentación de libros, se dio de forma peculiar… Para no dejar a medias a los lectores con la curiosidad, ¿puede relatarnos los pormenores del suceso?

María de los Ángeles: “Me traes un recuerdo, que siempre me saca una sonrisa. Siempre me ha gustado organizar presentaciones de libros y actividades de celebración. Tenía el libro casi en la imprenta y cuando Rafael, mi esposo, y yo estábamos planificando nuestra boda. Le pregunté a Rafael si le parecía hacer las dos cosas el mismo día para aprovechar que mucha gente querida estaría presente. Yo tengo el don de convencerlo así que me dio apoyó. Solamente nuestra familia inmediata sabía que al final de la presentación del poemario, se llevaría a cabo la ceremonia. Mi esposo leyó un poema y al terminar invitó a nuestro pastor Moisés Román para que oficiara el enlace matrimonial. Entre los invitados estaba el coro de mi antigua escuela, Padre Rufo. Mis estudiantes estaban al final del salón cuando Rafael anunció la boda, corrieron y gritaron para estar frente al escenario. El poeta Marcos Reyes Dávila, que estaba entre los asistentes, luego me comentó: ‘Yo sabía que aquí había algo porque este local está precioso’”.

 Carlos Esteban: Hablemos ahora de cómo llegó a relacionarse con el grupo Guajana… Cómo se dio ese encuentro y posterior vínculo con el fundador del colectivo don Vicente Rodríguez Nietzsche a quien le dedicó su poemario más reciente Después del cuello.

 María de los Ángeles: “Conocí a Vicente en el 2009 cuando comencé a colaborar en el Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico. Inmediatamente, Vicente comenzó a incluirme en las actividades que organizaba. Poco después, él me delegó la organización del Festival de Jóvenes Poetas. Gracias a su recomendación, participé en el 2011 en el Festival Internacional de Granada, Nicaragua y luego en el de Medellín. No recuerdo exactamente la fecha, pero debió ser entre 2010 y 2012 que me invitó a una reunión de Guajana y me presentó como parte del grupo. Además de incrédula estaba conmovida de tener la bendición de pertenecer al grupo más longevo en su categoría, que representa la militancia y el compromiso con el País”.

 Carlos Esteban: Sobre Después del cuello tenemos como eje tres zonas del cuerpo. Y sirviéndose de eso lo estructura. ¿Por qué la testa? ¿Por qué el tórax? ¿Por qué de principio a fin el propio cuello?

María de los Ángeles: “Después de cuello es la secuencia inevitable de mi segundo libro, Con mi jirafa azul. Como expliqué, la jirafa posee un enorme corazón que equivale a varios corazones humanos, esto para poder bombear la sangre hasta la cabeza. Cuando comencé a escribir después de publicar Con mi jirafa azul continué con temas de los que no me había despedido, algunos que salían de la filosofía, de mi génesis familiar, poemas que invitan a la reflexión a pensar. Por eso los incluí en la primera parte ‘Testa’. En la segunda parte ‘Tórax’, donde está el corazón, guarda muchas emociones; pálpitos, apegos y afectos”.

Carlos Esteban: A la hora de acercarse a la página en blanco y a la poesía, ¿cómo se da ese proceso? ¿Qué lo detona? ¿En qué momento?

María de los Ángeles: “Es algo impredecible. Antes era un poco más disciplinada y escribía a diario, casi siempre sin ganas de hacerlo, pero en ocasiones me sorprendió la magia de la palabra. Me encantan los rituales a lo hora de escribir; organizar mi oficina, abrir las ventanas, escuchar música y leer algo antes de escribir. Esa seguridad que brinda la armonía entre la mente, el espíritu y el alma son una gran receta. En resumen, este poemario muestra lo que hay antes o después del cuello: la cabeza y el corazón”.

Carlos Esteban: Sabemos que ha escrito también varios cuentos… En esa dirección ¿cómo describe su experiencia escribiendo narrativa? ¿En qué se diferencia a la poesía? ¿Cómo se da en María de los Ángeles Camacho escribir cuentos?

María de los Ángeles: “El cuento fue el primer género que desarrollé. Mi primer cuento serio lo escribí en el banco del tribunal al que me citaron como testigo. Luego continué desarrollando ese género y tuve la bendición de que algunos fueron premiados en los certámenes literarios de la desaparecida Federación de Maestros. Creo que el cuento y la poesía comparten muchas similitudes. Ambos necesitan una historia desde donde partir, ambos abrazan la metáfora y las imágenes sensoriales. Ambos deben tocarnos la fibra de las emociones”.

Carlos Esteban: En estos momentos, ¿qué libros está leyendo?

María de los Ángeles: Estoy releyendo El viejo y el mar de Hemingway y la obra del poeta de Hugo Margenat.

Carlos Esteban: Continuando la línea de la pregunta anterior… ¿Cuáles han sido los libros más importantes para usted? Esos libros que usted colocaría en cualquier biblioteca como regalo a los lectores…

María de los Ángeles: “Mi libro favorito es la Biblia. No solamente porque es un libro de fe. Es un libro que tiene un profundo valor literario ya que lo conforman varios géneros: fábula, poesía, la epístola, las parábolas. Además la sincronía que tiene el Viejo Testamento con el Nuevo solamente puede venir de una mente superior a la nuestra. He leído dos veces Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la consciencia. En poesía he disfrutado enormemente Error de magia de la cubana Carilda Oliver. No puedo excluir Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda porque fue el primer libro de poesía que adquirí”.





Carlos Esteban: Si alguna persona interesada en escribir le pide consejos… ¿Qué le diría? ¿Qué es necesario para ser escritora o escritor?

María de los Ángeles: “Primero, le daría las gracias por estar interesado en mi opinión. Le aconsejaría que se tome su tiempo para publicar. Debe escribir y leer constantemente hasta crear un estilo que lo sienta suyo. Tiene que conocer muy bien su instrumento de trabajo: la lengua. Debe tener momentos para contemplar a su alrededor pues el entorno siempre nos regala historias, versos. Ese ejercicio le dará mucha honestidad al texto. Competir encertámenes literarios me ayudó a tener seguridad en mi trabajo y aunque no siempre se gana, te ayuda a insertarte en el mundo literario. Podría dar otros consejos, pero voy a concluir con una recomendación que considero sumamente importante: debe gustarle lo que escribes y disfrutar cuando lo haces aunque a veces duela el alma”.

Carlos Esteban: Como penúltima pregunta (las tengo contadas) queremos preguntarle por sus viajes a festivales de poesía y encuentros de escritores… Leyendo su biografía encontramos que usted ha viajado a Nicaragua, Colombia, El Salvador, Honduras, República Dominicana, Bangladesh y Malasia… ¿Por qué es importante para usted, como escritora, viajar a tales eventos? ¿De qué manera esos viajes, esas travesías a diferentes partes del planeta, han impactado su obra?

María de los Ángeles: “Cada viaje me ha ayudado a expandir mi visión del mundo. El insularismo en que vivimos a veces no nos permite palpar las diversas situaciones políticas y sociales de los países hermanos. Adoro caminar por las calles de estas naciones y mezclarme entre la gente para absorber ese día a día en que, como decía Benedetti, en la calle codo a codo somos mucho más que dos. En cada país la poesía se convierte en un acontecimiento que nos hermana y nos hace creer que con la poesía otro mundo es posible. Todos han impactado mi obra porque es inevitable traerme esos países en la maleta y luego compartirlos en uno o varios poemas en los que me ha inspirado el entorno o algunos de los poetas de esos lares”.

Carlos Esteban: Y cómo última pregunta, al menos en esta conversación, ¿qué le ocupa en estos momentos? ¿Cuándo publicará en un mismo volumen sus cuentos? ¿Hay algún próximo libro suyo por salir? ¿Algún nuevo poemario suyo a la vuelta de la esquina?


María de los Ángeles
: “Actualmente colaboro nuevamente con el Festival de Internacional de Poesía en Puerto Rico y dedico el poco tiempo libre que me permite la docencia a difundir el legado de Guajana. Luego del tributo que le rendimos a su fundador, Vicente Rodríguez Nietzsche, a través de la antología Por tanto amor, me he dedicado a la promoción y distribución de esta pieza necesaria que reúne a 40 poetas, entre ellos seis internacionales. (Estuve) del 10 al 13 de abril participando en la Feria del Libro del Municipio de Caguas. Sobre nuevos libros, desde antes de publicar mi primer poemario, estoy dándole forma a un libro de cuentos pero la redacción de una novelita me tiene entretenida”.




Apertura y premiación de géneros literarios -Homenaje a Salvador Tió


 

jueves, abril 18, 2024

Familia, claustro y literatura -José Emilio Gonzáles


 

XIX edición del Premio Minotauro, Premio Internacional de Ciencia Ficción, Terror y Literatura Fantástica.

 


El lunes 15 de abril se publicaron las bases de la XIX edición del Premio Minotauro, Premio Internacional de Ciencia Ficción, Terror y Literatura Fantástica.

Dotación: 6.000€ + publicación

Extensión: 250-450 páginas

Plazo de admisión de originales: hasta 30 de julio de 2024

Bases: https://ow.ly/kTvX50Rgzs1


Poesía de Magaly Quiñones

 por Magaly Quiñones


 ¡La guerra duele!
 

La guerra duele...

El llanto de los niños, los hombres, las mujeres, las aves, los insectos...

es aluvión de pena desbordado y siniestro.

Duele vivir cuando la muerte reina, no hay compasión ni amor,

no hay sol, no hay nacimientos.

Duele vivir, andar y respirar cuando la Tierra tiembla cual cinturón de miedo.

¿Cuándo llegará el fin de eso que llaman guerra?

¿Qué rayo, qué relámpago, qué fuego despertará la luz en las conciencias?


Ah, si tan sólo pudiera dar consuelo, sembrar y ver crecer

un tallo de ilusión, un sendero de pétalos que rieguen

amor y compasión, un abrazo piadoso que cubra tierra y cielos...

¡Ay, duele, cómo duelen la guerra y sus infiernos!


Si pudiera, con versos, rimaría las galaxias,

ordenaría palabras en todos los idiomas que conformaran,

con el verbo Amar, todas las páginas del Universo,

libraría del dolor, del duelo de la muerte, los bordes del planeta

y sembraría la paz en cada pecho.

¡La guerra duele...!


Magaly Quiñones 



miércoles, abril 17, 2024

En las letras, desde Puerto Rico: El legado de Gabriel García Márquez continúa…

por Carlos Esteban Cana


El día que Gabriel García Márquez hubiera cumplido 97 años Penguin Random House presentó la novela En agosto nos vemos que había permanecido como manuscrito inédito hasta la fecha. En un comunicado emitido por la editorial se citan a los hijos del escritor colombiano, Rodrigo y Gonzalo García Barcha, expresándose de manera conjunta acerca de esta libro: “En agosto nos vemos fue el fruto de un último esfuerzo por seguir creando contra viento y marea. Leyéndolo una vez más a casi diez años de su muerte descubrimos que el texto tenía muchísimos y muy disfrutables méritos y nada que impida gozar de lo más sobresaliente de la obra de Gabo: su capacidad de invención, la poesía del lenguaje, la narrativa cautivadora, su entendimiento del ser humano y su cariño por sus vivencias y sus desventuras, sobre todo en el amor, posiblemente el tema principal de toda su obra”.

Para unirnos a la celebración de este acontecimiento literario, editorial y cultural, presentamos a nuestros lectores, aquí en Confesiones, un reportaje especial que escribí acerca del Gabo. El mismo fue publicado por la red de periodismo Global Voices. Hoy, cuando ya se cumplen diez años de la partida del creador de Macondo, lo volvemos a reproducir.

Diez años sin Gabriel García Márquez, a modo de homenaje


Una mañana de diciembre de 1992 conocí a Gabriel García Márquez. Para ser totalmente correcto ya el Gabo era mi amigo desde mucho antes, gracias a una novia que tuve. De aquel primer amor adolescente solo quedó en mis manos un ejemplar de la primera edición de
Cien años de soledad que la chica me había obsequiado. Y por supuesto mi mundo no volvió a ser igual. Pero aquel encuentro al que aludo en la primera oración ocurrió en la Escuela Internacional de Cine en San Antonio de los Baños y durante el XIV Festival de Cine Latinoamericano en la Habana, Cuba. Se trataba del acontecimiento cinematográfico más importante de la región caribeña al cual pudimos asistir gracias a una clase ofrecida en la Universidad de Puerto Rico por el profesor Carlos Malavé, quien enseñaba los cursos de cine y televisión de la Escuela de Comunicación Pública. Así fue que García Márquez se tropezó con la delegación boricua y que logramos compartir con él. Tal encuentro fue el punto culminante de un viaje que me permitió además ver películas como “El lado oscuro del corazón”, “Fresa y Chocolate”, “Cinema Paradiso” y el “Siglo de las luces”, entre otras. Como si lo anterior no fuera suficiente, presencié un recital del poeta Mario Benedetti.

con el Gabo en San Antonio de los Baños
En esta crónica comparto una de las fotos que logramos en aquel tropezón de oro con el Gabo. En la misma se observa a los compañeros en plena faena de registrar con sus cámaras aquel momento mientras yo, con aire triunfante, les daba su espacio después de haber logrado mi “selfie” y obtenido algunas breves impresiones suyas que capturé en mi pequeña grabadora. Precisamente en aquel momento García Márquez ofrecía uno de sus famosos talleres de escritura de guiones, algunos de los cuales han quedado para la posteridad en libros como Me alquilo para soñar y La bendita manía de contar.

Mi relación con el Gabo continuó después como estudioso de su narrativa. Exploré algunos filmes que tenían como base su obra, entre ellos: Eréndira realizada por el director brasileño Ruy Guerra; y aquel guión suyo titulado Tiempo de morir en el que también colaboró el escritor mexicano Carlos Fuentes, que fue llevado al cine por el mexicano Arturo Ripstein en 1965 y por el colombiano Jorge Ali Triana en 1985.  También varios cuentos de Gabriel García Márquez han quedado grabados en mi memoria: El ahogado más hermoso del mundo, escrito en 1968 e incluido en su colección La increíble y triste historia de la Cándida Eréndira y de su abuela desalmada (1972); y El rastro de tu sangre en la nieve, narración de 1976 que terminó siendo la narración que cierra su libro Doce cuentos peregrinos. Y esa identificación especial que tengo con la obra del Gabo tiene uno de sus puntos culminantes en su manera de hacer periodismo (ejemplificado en libros como Relato de un náufrago [1970] o La aventura de Miguel Littín clandestino en Chile [1986]) y en lo que desarrolló después en la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano que fundó en 1995.

Por lo anterior, y a diez años del fallecimiento de Gabriel García Márquez (ocurrido el 17 de abril de 2014) comparto con los lectores de “En las letras, desde Puerto Rico”, una selección de las impresiones que compartieron el escritor nicaragüense Sergio Ramírez y el periodista francés Jean François Fogel durante el conversatorio “Recuerdos del idioma: tres amigos de Gabo a dos años de su muerte” que se efectuó en el Teatro Tapia de San Juan, Puerto Rico el 19 de marzo de 2016 en el marco del Congreso Internacional de la Lengua Española. El evento tuvo como moderador al colombiano Jaime Abello, director general y cofundador de la hoy Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano. En tal conversatorio se recordó al Gabo de diferentes maneras, pasando revista sobre diversos aspectos de su vida y personalidad. También se tocaron temas como su gusto por los boleros, la visión que tenía con respecto al poder y su relación con los Estados Unidos, entre otros.

De izquierda a derecha el escritor Sergio Ramírez, el periodista Jean François Fogel y Jaime Abello, director de la Fundación Gabriel García Márquez.

Jaime Abello: García Márquez hizo que el Congreso de la Lengua se hiciera famosísimo cuando en Zacatecas propuso una nueva manera de abordar la ortografía de la lengua, pero además fue una persona que realmente fue un paladín de nuestra lengua y lo hizo abordando su oficio de escritor desde distintas perspectivas. Por supuesto, la que más le conocemos, por la que es más amado y leído es la literatura: sus novelas y sus cuentos. Pero también como lo recordamos aquí hay un oficio de escritor periodístico de más de 51 años, un oficio de guionista de cine y además de eso de educador de contadores de historias y de periodistas.

Sergio Ramírez: Recuerdo al Gabo como un gran conversador. Alguien que se podía sentar contigo después del almuerzo hasta las 7 de la noche y hablando por supuesto de literatura y también de cine, de política, de asuntos privados también y por supuesto de música, de boleros. El Gabo sabía muchísimos  boleros así como sabía de memoria muchas poesías de Rubén Darío por ejemplo y cantaba además.

Jean François Fogel: Yo era periodista y Gabo era amigo de periodistas… Tuve la suerte de coincidir con él en 1977. Yo era un joven periodista y fue generoso, me trató como un viejo profesional y desde ese momento volví a ver el Gabo pero en misiones periodísticas. Recuerdo una vez que estábamos en Nueva York, cuando volvió allí después de tantos años y fuimos a dar un recorrido en Manhattan; nos detuvieron para pedir autógrafos.

Jaime Abello: De García Márquez podría abarcar muchas facetas: de literatura, periodismo y cine. Podríamos hablar de su interés en la educación y en su decisión de formar escuelas de cine por un lado y de periodismo por el otro. Podríamos mirar muchos temas pero hay uno que es el más polémico y que sigue dividiendo la percepción y opinión sobre el Gabo: su relación con el poder y los poderosos.

Sergio Ramírez: A mí me parece que la relación de García Márquez con el poder es esencial en su literatura y su vida. Siempre decía que había tres temas inmortales en la literatura: el amor, la locura y la muerte. Y yo le decía que el poder. El poder es un cuarto elemento esencial en la literatura y él se veía como un personaje metido en esta máquina del poder. Un hombre de la ciénaga colombiana, del pueblo más pobre que de repente y gracias a su literatura y a su creatividad se ve encumbrado y reclamado por los poderosos… Entonces él comienza a estar en esta relación erótica con el poder.

Jean François Fogel: Es obvio que la figura del caudillo era una cosa muy importante en la literatura de García Márquez; es la figura del patriarca en El otoño del Patriarca; es El General en su Laberinto; una figura que lo apasiona. […] Le gustaba la figura del poder; era una formidable materia prima para él. No hay que olvidar que para Gabo, dentro de su obra la que le parece más completa, en la que él ve culminado su talento es El otoño del patriarca. Y si uno la relee se da cuenta de que es una obra de una efectividad y control en la narración absolutamente fenomenal. Y Gabo analizaba la reacción de la gente a través de la manera en que valoraban los distintos libros de su obra. En su biografía lo dice claramente… Gabo tenía la conciencia que El otoño del patriarca, con razón o sin razón, era lo mejor de su obra y técnicamente era formidable…

Jaime Abello: La pregunta es, si Gabo en un momento dado dice o se le cita valorando de manera especial El amor en los tiempos del cólera por encima de Cien años de soledad. A qué obedece, siendo unas obras tan distintas.

Sergio Ramírez: Él creía que su obra maestra era El amor en los tiempos del cólera. Una vez
hablando sobre esto él decía: “No, es que
Cien años de soledad es la fábula pero la novela verdadera mía es El amor en los tiempos del cólera”. Le gustaba los personajes, le gustaba la historia… Me parece que es una opinión muy subjetiva. Yo creo que un escritor por sí mismo no puede valorar cuál es su obra maestra. Yo sé que las dos son obras maestras pero hasta donde van las cosas, en este momento después de su muerte, Cien años de soledad sigue estando por encima…

Jean François Fogel: Una vez me dijo que había releído Cien años de soledad. Entonces yo le dije: ¿Qué tal? Y me responde: “Faltan dos generaciones más”.



El Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, firmando ejemplares de una edición especial de su obra 'Cien años de soledad', en Cartagena.

Gabriel García Márquez en Zacatecas

Gabriel García Márquez, en el 1er Congreso Internacional de la Lengua Española de Zacatecas (México), en 1997.